En términos sencillos, la resiliencia es la capacidad de superar las situaciones adversas o la capacidad de transformar la adversidad en una ventana hacia el crecimiento personal. Artemisa, una policía con 10 años de trayectoria, es ejemplo de ello.
A pesar de la enfermedad ocular que disminuyó su capacidad visual, pudo sobreponerse a las dificultades y sigue laborando dentro de la corporación policial.
“Gracias al apoyo del Presidente Municipal, estoy en el área de recepción del edificio de Seguridad Ciudadana, donde brindó orientación a la ciudadanía sobre trámites y servicios”, expuso.
Hace aproximadamente un año, le diagnosticaron el padecimiento que afectó su vista y tuvo que retirarse de la operatividad policial.
“Porto el uniforme con orgullo y honor, porque sé que aún puedo desempeñarme en la atención directa a la ciudadanía”, expresó Artemisa, un ejemplo de la perspectiva inclusiva que promueve la corporación policial mediante su programa permanente de formación continua.
Artemisa recibió la oportunidad de seguir estudiando y, gracias al apoyo institucional, pudo cursar la carrera de derecho en el centro universitario San Pablo: “Me siento afortunada por haber recibido apoyo para poder seguir preparándome y estar a punto de conseguir la titulación. Es un gran orgullo haber podido superar cosas difíciles, seguir portando el uniforme y brindar servicio a la gente”.
Entre las historias de éxito que vivió como agente en operativo, Artemisa recordó dos momentos sumamente especiales: dos veces que ayudó a dar a luz, ambas en 2015: una en la comunidad El Cuello y otra en el cuarto de baño de una fábrica ubicada en la carretera Silao-Romita.
“Pude ayudar como partera en dos ocasiones y pude hacerlo por la capacitación que aquí recibimos en materia de primeros auxilios”, mencionó.
